domingo, 21 de octubre de 2012

LA OTRA REALIDAD DE LAS ADOPCIONES

Escribe Paloma Ausín

La adopción de niños en España ha aumentado exponencialmente en los últimos años, situándose en la segunda tasa más alta del mundo, solo superada por la de EE.UU. Con tantos cambios políticos y económicos en nuestros entornos y en el mundo, una alarma social que está pasando desapercibida.

Es el caso de los niños adoptados que están siendo “devueltos” a las instituciones sociales por sus padres adoptivos, -esas parejas que en su día les imaginaron y desearon y les acogieron con grandes propósitos de futuro y expectativas-. 

Solo en Cataluña más de 70 de estos niños adoptados han sido abandonados por sus familias desde el año 2000. Más de la mitad de estos infantes tienen más de 10 años. Una condición que dificulta una futura integración en una familia de acogida, por su condición de preadolescentes y adolescentes, y todos los cambios y problemas que esta etapa conlleva. 

Estos problemas también lo están sufriendo, en mayor medida, países con una larga tradición en adopciones internacionales como Holanda, Suecia, Gran Bretaña y Estados Unidos –en este último se han llegado a registrar hasta 4 “devoluciones” al mes-.

Es cierto, que esto ocurre también en las familias biológicas, que tras no saber gestionar la época de cambio del pre-adolescente, deciden que ya no pueden convivir con sus hijos, y bien les inscriben en colegios internos o bien, y a la desesperada, optan por otras vía, como echarles de casa. Muchos de estos casos los vemos, semanalmente, en el famoso programa “Hermano Mayor”, dirigido por Pedro Aguado. Desde aquí agradecer su gran labor, junto con el programa “Supernanny” de Rocío Ramos-Paúl.

Cuando hablamos sobre el abandono de un menor, siempre nos sorprende, pero es más llamativo cuando procede de parejas adoptantes. Ya que en su día tuvieron que pasar por numerosas pruebas psicológicas, trámites burocráticos, traducciones, inspecciones, viajes, inversión económica elevada, mientras justificaban su alto compromiso y responsabilidad con el menor que iban a tener a su cargo.

Según el artículo 180, del Código Civil, la adopción es irrevocable. Puesto que los padres adoptivos son padres, como si de un hijo biológico se tratase en términos legales. Ese vínculo solo se rompe cuando el niño es adoptado por otra familia o un juez les retira la custodia. 

LAS CAUSAS

Ser padres a “cualquier precio”, implica ciertos riesgos si no se reflexiona sobre las consecuencias de la adopción y sin reparos, las personas se dirigen a vías de adopción que se realizan por contratos sospechosos, pero económicamente validados, en países altamente corruptos.

En ocasiones las parejas adoptantes, cuando reciben a ese hijo tan deseado, posiblemente todavía no hayan pasado el duelo por el hijo perdido o no engendrado, o lo utilicen para estabilizar un matrimonio mal consolidado, que junto con la obsesión, la imagen idílica de familia y el proceso de adopción, que en ocasiones medios y películas trasladan, no estuviesen del todo preparados para la realidad y la responsabilidad que les esperaba.

También, la sobreprotección del hijo, los mimos y las atenciones en exceso, provoque  que el niño o niña no sepa gestionar bien los cambios producidos en su entorno, en la familia, en la escuela. El hecho de “estar mal criado en exceso” le provocará más problemas de inadaptación que beneficios.

Creer que un niño adoptado va a seguir el mismo ritmo de aprendizaje del idioma que un niño bilingüe es un error muy común, ya que estos últimos adaptan la segunda lengua a las habilidades que ha tenido con la primera. Caso contrario con los niños de familias adoptivas que no suelen mantener el idioma materno, por lo que el desarrollo de este idioma se interrumpe bruscamente, afectando a la cognición y el aprendizaje, según los expertos. Si esto se produce en los niños que ya superan los 3 años o 4 años, el problema se incrementa.

Mientras todo lo anterior ocurre, en ocasiones simultáneamente, los niños adoptados tienen que lidiar con los problemas escolares de comprensión de las materias, la frustración de sentirse en su colegio, grupo de amigos o círculo familiar, diferente y, en ocasiones, agredido y aislado. 

SOLUCIONES

Aumentar y mejorar la Ley de Adopción Internacional de 2007 que estableció la obligatoriedad en una formación previa de las familias, para que les permitan comprender y afrontar mejor las consecuencias de una adopción internacional o nacional.

Nuevas medidas para ayudaran a familias a analizar la mejor manera de integración en el seno familiar y escolar, del nuevo miembro. 

Formación en los centros escolares y psicólogos infantiles de las dificultades de idioma e integración de los menores adoptados, con nuevas medidas psicoeducativas.

La utilización de los beneficios de las redes sociales, para estar en contacto con asociaciones y grupos de apoyo de estos padres adoptantes, así como animarles a contar sus experiencias en blogs, entrevistas, etc.

En caso extremo de irresponsabilidad. Aprobar nuevas medidas, que en el  caso de abandono los padres adoptantes abonará una multa y se encargarán de la manutención de ese niño hasta su mayoría de edad, como si se tratase de un hijo biológico más.

Y sobre todo mucho “sentido común” antes de tomar una decisión tan importante.

Paloma Ausín Molina (España) es egresada del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente, escribe un blog sobre liderazgo y talento Miscelánea de Talentos. Además, desarrolla su labor periodística en el área de la comunicación en diversos y variados sectores. En 2009, como proyecto personal, adquirió amplios conocimientos de la cultura y el idioma chino, tras su convivencia con una familia nativa de la ciudad de Shanghái (China).

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