lunes, 17 de diciembre de 2012

ALBERTO FUJIMORI: ¿INDULTAR O NO INDULTAR?

Escribe Pamela Pacheco

El 19 de noviembre de 2000, Alberto Fujimori renunció a la presidencia del Perú por medio de un fax enviado desde Tokio, luego del destape del escándalo de corrupción ocurrido durante su tercera legislatura. Tras una exhaustiva investigación fue condenado a 25 años de cárcel por los delitos de secuestro, homicidio y crímenes de lesa humanidad.


Durante su gobierno, el ex mandatario constituyó un ejército integrado por militares denominado "Grupo Colina", bajo el mando directo del ex asesor del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos, órgano que dependía directamente de la Presidencia de la República. De ahí que Fujimori tiene responsabilidad penal directa sobre los crímenes cometidos por el "Grupo Colina". 

A fin de no rendir cuentas ante las autoridades peruanas, Fujimori se refugió en Japón alegando su nacionalidad japonesa, confirmada por el ministro de Justicia del país de oriente, Masahiko Komura. A esa conclusión se llegó porque el nombre japonés del ex presidente peruano, Kenya Fujimori, aparece en el registro civil de la provincia de Kumamoto, de la que son originarios sus antepasados. 

Fujimori, hijo de inmigrantes nipones que se establecieron en Perú en los años 30, fue inscripto al nacer en el consulado japonés en Lima y figura en el registro o "koseki" de su familia en el pueblo de Kumamoto, lo que le otorga la condición de ciudadano japonés. 

LA CAÍDA DE FUJIMORI

El principio del fin del ex presidente fue un vídeo en el que se veía al entonces asesor de Fujimori y jefe de los Servicios Secretos, Vladimiro Montesinos, sobornando a un diputado de la oposición. 

El hecho desencadenó una grave crisis. Montesinos fue oficialmente destituido de sus cargos y tuvo que huir del país. Fujimori anunció elecciones presidenciales anticipadas para el 8 de abril de 2001. El ex mandatario argumentó su decisión en el deseo de no entorpecer el proceso de democratización para que las próximas elecciones puedan ser absolutamente limpias.

En aquel momento versiones extra oficiales señalaron que Fujimori se fugó del país para evitar ser condenado por haber codirigido con Vladimiro Montesinos una enorme trama de corrupción. El tiempo les dio la razón.

¿INDULTAR O NO INDULTAR?

El 10 de octubre de 2012, Keiko, Sashi, Hiro y Kenyi Fujimori, los cuatro hijos que tuvo con la ex congresista Susana Higushi, presentaron en el Ministerio de Justicia el pedido de indulto para el ex presidente alegando razones humanitarias por su deteriorado estado de salud, producido por un Cáncer de boca. 
 
La petición de indulto va acompañada por una de "reparación civil", que reclama la pensión de Fujimori como ex presidente y como profesor de una universidad pública.

El otorgamiento de este beneficio está en manos del presidente de la República, según indica la Constitución, recayendo por este periodo en Ollanta Humala. Durante su participación en la Cumbre Iberoamericana, el actual presidente del Perú evitó posicionarse declarando que la decisión del indulto no está en sus manos.

La solicitud de indulto a Fujimori tiene que ser evaluada por una comisión del Ministerio de Justicia, tras lo cual se elevará un informe al presidente Ollanta Humala para que tome una decisión, respuesta que no tiene un plazo establecido. 
 
Por su parte, el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa declaró estar en contra de este indulto y además brindó su apoyo a Humala durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del Perú en 2011, en las que la disputa estaba entre el militar retirado y la hija de Fujimori. Cabe recordar que Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori disputaron la presidencia del país andino en 1990.

El mundo da vueltas, la solicitud de indulto al ex presidente peruano alega razones humanitarias, cuando uno de los motivos de su condena fue su implicación directa en crímenes de lesa humanidad. Los principales aliados de Fujimori son sus dos hijos, ambos políticos peruanos en activo. Por último, la ministra de Justicia del Perú, Eva Rivas, sostiene que el indulto no sólo es el perdón de la pena sino también el reconocimiento de los delitos y que la solicitud debe estar firmada por el condenado, la petición del indulto a Fujimori no lleva su rúbrica. El debate está abierto.

Pamela Pacheco González (Perú) es egresada del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Es periodista, actualmente vive y trabaja como comunicadora en Madrid.



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