jueves, 31 de mayo de 2012

EL ANTI EUROPEISTA WILDERS Y LAS ELECCIONES HOLANDESAS


Escribe Dianeth Pérez

La dimisión del gabinete del gobierno holandés en abril causó revuelo en el país por la activa participación que tuvo Geert Wilders, el líder del partido de la ultra derecha. Éste retiró su apoyo a la coalición de liberales y democristianos al no estar de acuerdo en los planes de recortes propuestos para cumplir las exigencias de Bruselas. 


Wilders, famoso por sus ataques contra el Corán y los musulmanes, gana adeptos al declararse en contra de recortes que afecten aún más a las pensiones, la salud y la educación. Bastante amargo fue ya asimilar que la edad de jubilación subiera de 65 a 67 años y ahora se habla de elevar el coste de la atención médica y disminuir las prestaciones a personas de la tercera edad.

El país en general se oponía a ser parte de la Unión Europea y al uso del euro; conscientes de que viven en un país muy pequeño, ya anticipaban que su peso en las decisiones tomadas en Bruselas sería muy poco. Hasta hace poco, Merkel y Sarkozy eran quienes marcaban la pauta.

Ahora los holandeses se niegan a pagar los platos rotos de Grecia y ven con recelo la situación que vive España. Las elecciones que se celebrarán en septiembre medirán el descontento de la gente, y se prevée que el anti europeista Wilders gane más escaños.

La postura radical de Wilders respecto a la inmigración no es nada nueva. Precisamente este mes se cumplieron 10 años del asesinato del político Pim Fortuyn, que desafiaba a los musulmanes con “adáptate o lárgate”. Fortuyn se habría convertido en ministro-presidente de los PaísesBajos si no le hubieran quitado la vida; la tolerante Holanda había llegado al límite y Wilders lo ha sabido aprovechar.

Las quejas se centran en los inmigrantes musulmanes, al ser éstos la antítesis de la sociedad que los ha acogido. Entre otrascosas los acusan de querer venir a Holanda a vivir de los subsidios del gobierno, de tratar a las mujeres como seres inferiores, de no tolerar la homosexualidad, de ser violentos y machistas.

El electorado holandés ya tiene bastante con saber que parte de sus impuestos se va al bolsillo de los inmigrantes a través de subsidios, como para que además parte de sus pensiones se destine a tratar de frenar la caída de Grecia. Por eso, las propuestas de Wilders han ganado adeptos; lo podrán acusar de xenófobo por las formas, pero en el fondo sus programas son más sociales que las propuestas de los otros candidatos.Habrá que esperar a septiembre.


Dianeth Pérez Arreola (México) esegresada del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial. Licenciada en Ciencias de la Comunicaciónpor la Universidad Autónoma de Baja California, actualmente vive y desempeñasuactividad en Leiden (PaísesBajos).

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