Llegaron a Colombia días
antes de la Cumbre. No asistían en calidad de invitados, pero alguno disfrutó
más que los convocados. No pisaron la alfombra roja desplegada en la pista de
aterrizaje del aeropuerto, pero si las baldosas del Pleyclub.
Se trata de un grupo de escoltas del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama que han provocado un verdadero escándalo político en ese país por contratar a prostitutas en la ciudad colombiana de Cartagena. Lo hicieron en los días previos a la llegada del mandatario estadounidense para participar en la VI Cumbre de las Américas. Se conoce también que en este caso estarían involucrados otra decena de militares estadounidenses.
En los comentarios
informales de la Cumbre que se realizó a mediados de abril en la ciudad
colombiana de Cartagena, se habló de Cuba, del conflicto entre Argentina e
Inglaterra por el reclamo de las Malvinas y de la despenalización de drogas en
Latinoamérica. Pero también se comentó la juerga que habían montado los
escoltas de Obama en Colombia.
Y es que los agentes
secretos que forman parte de la guardia pretoriana del presidente estadounidense
presumieron durante esa noche de trabajar para Obama, mientras se divertían en
un club de alterne. Se conoció que al menos dos de esas mujeres que estuvieron
con los escoltas en el puticlub, luego fueron contratadas por éstos para pasar
la noche en el hotel donde se alojaban.
La mañana siguiente de
la juerga, una de las prostitutas que pasó la noche con uno de los agentes le
solicitó el pago por los servicios prestados. El estadounidense se negó a pagar
la cantidad que había prometido a la mujer, y así empezó lo que sería otro
capítulo más de los escándalos sexuales que involucran a los Servicios Secretos
de ese país.
La
prostituta habla del escándalo
Una prostituta, de 24 años y madre soltera es hoy
la protagonista de la polémica que tiene con la moral por los suelos a esa
organización. Esa mujer que pasó la
noche con uno de los escoltas de Obama contó recientemente al periódico The New
York Times lo que sucedió aquel día en Colombia.
Según su versión, ella y unas amigas fueron abordadas por un par
de extranjeros en una discoteca (aunque se conoce que fue en un burdel),
quienes les invitaron a sentarse con ellos y tomarse unas botellas de vodka.
Fue durante esa fiesta que uno de los agentes de seguridad le propuso ir a su
habitación en el hotel Caribe.
Durante el viaje de la
discoteca al Hotel “Le dije que debía darme un regalo, él preguntó de cuánto se
trataba y yo le dije que de 800 dólares” confesó la mujer al periódico.
A las 6 de la mañana
del día siguiente, ambos fueron despertados por una llamada de la recepción del
hotel solicitando que la mujer abandonara la habitación (por reglamento las
prostitutas en Colombia solo pueden estar hasta las 6 de la mañana).
La acompañante pidió al
agente de seguridad que le diese el dinero pactado por los servicios sexuales prestados
aquel día pero éste se negó, pues alegaba que cuando llegaron al acuerdo él
estaba borracho. Sin embargo, después de tantas discusiones cedió a la petición
y le entregó solamente 30 dólares.
Esa situación provocó
que la prostituta se enfadara y le exigiera a gritos que cumpliera con lo acordado
y que le diera los 800 dólares que le había prometido, pero el escolta no hizo
caso. Tras varios minutos de altercado
en la habitación ambos salieron al pasillo del hotel y continuaron discutiendo.
Las otras prostitutas que salían a esa hora de otras habitaciones, se
encontraron con aquella escena y se unieron
al reclamo de su colega, aunque no consiguieron ningún resultado y
tuvieron que salir del lugar.
Al llegar a la
recepción, la reclamante se encontró con un agente policial a quién le comentó
lo sucedido con el escolta de Obama. Minutos más tarde ambos regresaron a la
habitación del estadounidense para intentar mediar y evitar que aquel escándalo
trascendiera a la opinión pública. Sin embargo, lo único que consiguió el
policía colombiano fue que el funcionario norteamericano reuniese entre sus
colegas 225 dólares más y entregárselo a la mujer para que se terminara la
historia.
La prostituta, que
prefiere que la llamen “escort o acompañante de lujo” pues entiende que cobrar
más dinero la hace diferente del resto de trabajadoras sexuales, confesó al
periódico que los agentes “nunca le dijeron que estaban con Obama. Eran muy
discretos”.
Los
errores de los agentes secretos
En los últimos años el
Servicio Secreto de los Estados Unidos ha estado rodeado de escándalos de todo
tipo que han puesto en duda la credibilidad de esa organización.
En noviembre del 2009
una pareja burló todos los controles de seguridad de la Casa Blanca y consiguió
colarse en la primera cena de Estado que ofrecía el presidente Obama al primer
ministro de la India Manmohan Singh.
La pareja de intrusos,
conocidos en los círculos sociales y deportivos de Washington posó frente a los
camarógrafos de la Casa Blanca, junto al vicepresidente estadounidense Joe
Biden y el secretario de Gobierno de Obama. Esas fotos fueron publicadas
posteriormente en sus cuentas de Facebook y Twitter donde además contaron los
detalles de cómo se colaron en la cena de gala.
Los Servicios Secretos
también se vieron involucrados en un incidente durante los juegos Olímpicos del
2002 celebrados en Salt Lake City. En
esos días un agente que compraba un souvenir en una tienda de patinetas, dejó
olvidado un plan detallado para la seguridad del vicepresidente Dick Cheney y
su familia.
Pero los problemas con
los Servicios Secretos vienen de lejos, pues uno de los casos más emblemáticos
y que puso en entredicho la profesionalidad de esa organización, ocurrió el 14
de abril de 1856 en Washington, con el asesinato del presidente Abraham
Lincoln.
Ese día un actor de
Maryland disparó un tiro en la cabeza a Lincoln, quien había asistido junto a
su esposa para ver una ópera en el teatro Ford.
El policía asignado esa noche, a la seguridad del presidente, se había
movido para buscar un mejor sitio, lo cual facilitó la tarea del asesino.
En cualquier caso,
los hombres de negro que acompañan ahora
al presidente y a su familia siempre han estado involucrados en escándalos
públicos y sobretodo de orden sexual, y eso al parecer ha sido una constante en su historia. Los
investigadores de esas historias cuentan
que una de las estrategias para frenar la pérdida de credibilidad de los
Servicios Secretos ha sido el reclutamiento de mujeres para trabajar en esa
organización.
Deylin Gutiérrez Pérez (Nicaragua) es egresado del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y
Empresarial de la Universidad
Complutense de Madrid (UCM). Además, es periodista y escribe sobre temas internacionales relacionados con
Centroamérica y trabaja en proyectos de
comunicación 2.0.
No hay comentarios:
Publicar un comentario